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21 Decían otros:

—Estas palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos?

Los judíos rechazan a Jesús

22 Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno, 23 y Jesús andaba en el Templo por el pórtico de Salomón.

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